viernes, 2 de julio de 2010

Mi reencuentro con MS-DOS


DOS desciende de CP/M quien a su vez ha tomado ideas de Unix para su estructura de comandos aunque adaptadas al recién nacido ordenador personal, computadora personal, personal computer o PC, allá por los setentas tardíos. Nada serio... al menos esa era la percepción generalizada por aquellos tiempos.


Computadora personal es un concepto revolucionario pero "barato", a saber, una computadora tan económica que no hace falta compartirla entre un gran número de usuarios. Porque hasta ese momento —finales de los setentas— los "mainframes" costaban millones y las llamadas "minicomputadoras" estaban en el orden de los cien mil; de modo que estas máquinas no resultaban económicamente factibles si no era en labores de gran volumen.

Los nuevos PCs ofrecían bajo costo, sí, pero a costas, no solo del empleo de circuitos integrados de muy alta escala de integración, sino además —y sobre todo— de sus ¡bajísimas! prestaciones. Ni siquiera el IBM-PC, aparecido en 1981 —precio: 3000 dólares—, podía compararse en potencia con una tecnología "tradicional" que todavía señoreaba en el mundo computacional serio de la época.

En estas condiciones aparece MS-DOS, allá por los ochentas tempranos. Ya para entonces la computadora personal ha entrado en la cultura popular y se han escrito aplicaciones profesionales de gran éxito como Word Start y DBASE. MS-DOS no es el VMS de Digital, tampoco es Unix, mas para una computadora personal de estas... está muy bien; y es gracias a ello —la manera en que DOS capta el concepto de "computadora personal"— que no tarda en alcanzar la hegemonía en el univserso PCs.

Obviamente, el panorama de nuestros días es muy diferente a aquel. La computadora personal evolucionó hasta lo que es hoy: una máquina no personal sino compartida. Porque no se concibe un PC desconectado de una red y se le ve también en entornos industriales de gran demanda computacional; nunca sola, siempre al habla con sus semejantes vía "ethernet". El PC moderno ya no es "personal": es tan solo una pieza dentro de un sistema distribuido de gran capacidad. No es extraño que en estas circunstancias DOS tuviera que hacer maletas y marcharse al mundo de los buenos recuerdos.

Y he aquí el punto a donde quería llegar.

Hace unos pocos días instalé MS-DOS 6.22 en un viejo PC que sufría telarañitis en la oscuridad de un armario de mi casa. Un corpulento monitor de pantalla de vidrio y un teclado PS/2 (sin la teclita de "Windows") fueron los otros componentes del engendro ¡sin ratón! Luego, en su "pequeño" disco duro de unos pocos giga-bytes, fue vertido el CD donde he guardado, por años, recuerdos digitales de un tiempo donde las pantallas eran negras y las letras, a veces blancas, a veces verdes o naranjas.

¿Y para qué quiero yo una máquina DOS a estas alturas?

Tengo motivos y muy concretos; tiene que ver con un proyecto personal de carácter "retro-técnico" del que hablaré más tarde en este blog, pero si queréis un adelanto, os remito al siguiente link:

Heritage/1 Hombrew Mini-Computer

Mi "nueva" máquina DOS se llama "Lola" y pretende servir como ambiente de desarrollo para escribir el software de esta "vieja" minicomputadora llamada Heritage/1. Pero una máquina DOS en mis manos, yo que aprendí a operar computadoras hace más de veinte años, justamente con DOS, implica muchísimo a nivel vivencial y —por qué no decirlo— de nostalgia.

Para allí he pasado pues algunos archivos de texto con que suelo trabajar en mi PC Windows. Sí, uso muchos ficheros texto; es la manera más simple —elegante, diría yo— de manejar información. Un texto (ASCII) se puede portar prácticamente a cualquier entorno, y un editor de textos lo encontráis en cualquier sistema.

Pero, nostalgia aparte, una máquina DOS tiene ventajas reales y Lola me ha ayudado a descubrirlas. La primera concierne a la seguridad. No, no hay passwords, pero tampoco hace falta: esta máquina no está conectada a ninguna red, es una máquina auténticamente personal. Para robarse la información de allí habría que entrar en mi casa, pararse frente a Lola, insertarle un diskette en la ranura, teclear unos comandos... más que un problema técnico, sería uno de índole criminal. Muy improbable, pues.

Otra ventaja es la inmediatez. Yo suelo manejarlo todo a golpe de batch files de una sola letra; por ejemplo: "n.bat" para editar un fichero llamado "notes.txt", "h.bat" para ir al directorio raíz ("h" viene de "home"), y muchos otros. Mi favorito es "p.bat", el cual edito con otro llamado "pp.bat"; de modo que cuando quiero improvisar un comando, entro: "pp" para editar "p.bat" y ya tengo mi comando improvisado (p).

Otra experiencia es con la impresora —de matriz de puntos ¡por supuesto!—. Muchos veteranos recordarán esto: no ha acabado usted de presionar la tecla 'enter' tras haber escrito: "copy notes.txt > prn" y ya el zumbido de la impresora le hace pegar un brinco. No sucede lo mismo con un moderno Láser imprimiendo desde Windows ¿a que no?

Pero el punto no es —como tal vez parezca— el resarcir a DOS a estas alturas. El punto es poner estas cuestiones en perspectiva. Lo que he puesto en servicio días atrás (Lola) es, estrictamente, una Computadora Personal. Si hago planes para conectarla a la Internet, habré perdido la perspectiva por completo.

Una computadora así, aislada, con un sistema operativo ligero cuyo manejo es ágil y simple, tiene ciertas ventajas, aunque no muy notorias en este mundo abrumadoramente moderno.

Las tecnologías modernas son indudablemente bondadosas, pero es en el uso racional de cada recurso —es mi máxima— donde se consigue extraer el mejor provecho. Y si no lo creis, preguntadle a Lola.

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